martes, 22 de noviembre de 2011

Lo que tienes hoy, lo puedes perder mañana.

Querida Claire:
Bueno, esto… ¿Cómo empezar? Probablemente nunca leas esto. De hecho, las posibilidades son bastante penosas. Probablemente sólo esté escribiendo esto para mí mismo, ya sabes, por razones terapéuticas. Supongo que debería decir estas cosas. Especialmente ahora; dicen que escribir ayuda y como yo que borro y olvido, y generalmente sólo quedo como un idiota.
Hoy es 3 de septiembre. Eso significa que han pasada dos años y seis meses desde nuestro aniversario. ¿Sabes? Siempre me he quejado de que los meses-aniversarios eran doce pero a ti te gustaba la idea de los hipotéticos aniversarios. Ya sé, ahora pondrás los ojos en blanco, me regañarás y me daré cuenta de que ha pasado alrededor de un años desde que, oh, ya sabes, me dejaste. Bueno, un años, tres meses y dieciséis días. Estoy pensando que ya he terminado el proceso de asumir el hecho de que ya no vas a volver –nunca-. Y creo que estoy en esa fase en la que estoy tumbado en el suelo esperando a verte en el umbral. Lo estoy haciendo bien, ya sabes, dando pasos de bebé.
He estado, bueno, he estado viendo a una chica. Se llama Jess. Ellos dirán que es un buen avance para superarlo y esas cosas. No me malinterpretes, es una chica simpática pero, diferente. Es graciosa. Tus músculos tienen la certeza de ello. Por eso podemos atarnos los cordones o tocar el piano sin mirar. Pero luego pasas mucho tiempo con alguien y los cuerpos se memorizan el uno al otro. La calidez de tu espalda, el golpeteo de tu corazón, el aleteo de tus pestañas y la manera en la que tus dedos se encrespaban cuando jugaba con tus manos. Da miedo. Come apio, voluntariamente. Quiero decir, ¿quién hace eso?
La gente siempre está diciendo cosas como “encontrarás a alguien más” o “el mar está lleno de otros peces”. Bueno, pues ¿sabes qué? Me siento como un maldito pez en un cubo. He estado leyendo un montón. No ficción sobre todo. ¿Alguna vez te he contado la teoría del multi–universo? Dice que hay una gran cantidad de universos paralelos al nuestro en los que cabe otra posibilidad de las circunstancias. Eso me ha hecho pensar. Significa que en algún lugar debe de haber un mundo en el que el 15 de febrero nunca discutimos y yo nunca dije todas esas cosas que no quise decir y tú no te fuiste sin decir nada. O quizá haya otro universo en el que yo, corrí tras de ti. Y ahora estaríamos juntos y cogeríamos el tren juntos y haríamos cosas de parejas como tomarnos el té en esas horribles gelatinas que detesto.
A veces, paso por tu casa y siempre que estoy allí tengo el sentimiento urgente de llamar a la puerta lo cual es una tontería porque sé que no vas a abrir. Bueno, de todas formas, es técnicamente tu casa vieja. Estás –ahora, quiero decir, bastante lejos con una nueva vida y esas cosas-. Me pregunto si te acuerdas de mí, ojalá pudieras hablar conmigo ahora. Dame alguna ominosa señal de que me recuerdas. ¿Sabes por qué? Porque en realidad no lo estoy haciendo bien, la vida es una mierda. Y mírame. He escrito una hoja entera sin usar esa palabra que empieza por A. Pero juzgándolo objetivamente, de forma realista, yo… yo sigo queriéndote. Y creo que estoy asustado de que no pueda parar –de amarte. Espero que te los estés pasando bien ahí arriba porque te echo muchísimo de menos, más que nunca.
Te quiere, Sonny

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